Esta es una pregunta que en sesiones aparece frecuentemente “¿por qué soy tan intenso/a?”. En estas situaciones siempre comenzamos hablando del sentido de las emociones a nivel evolutivo. Como en uno de los artículos anteriores comentaba, las emociones son como los sensores de los coches, nos avisan para no chocarnos.
Es decir, aparecen para darnos el mensaje de lo que no nos viene bien, lo que necesito para crecer, lo que debería cambiar en una situación, etc. Estas emociones van a aparecer en respuesta a lo que vivimos ya sea algo externo (he conseguido un nuevo trabajo y siento alegría por ello), o algo interno (me acuerdo de algo desagradable y siento enfado o tristeza).
Sentir las emociones con mucha intensidad
Uno de los mayores problemas que suele aparecer es el juicio, y es que en la mayoría de las situaciones no queremos sentir. No debería sentirme así por “x” persona que siento que no me valora, no debería haberme ilusionado tanto con esta nueva relación, no quiero que me siga doliendo la ruptura con mi pareja y un amplio etcétera. Piénsalo bien, a una situación de por si desagradable para nosotros mismos le estamos añadiendo un plus de angustia o incomodidad por no permitirnos el espacio suficiente para que la emoción transite.
Además, juzgarnos y evitar sentir emociones que consideramos negativas no solo no es el camino para no sentirlas, sino que, va a hacer que se queden atrapadas, se encapsulen, se intensifiquen y acaben saliendo con otra forma cuando ya no pueda sostenerlas más.
Todo esto es posible que esté haciendo que pienses que sientes demasiado o que eres muy intenso/a. Es posible que no te estés permitiendo sentir emociones desagradables pero necesarias para redirigir nuestra vida a un estado que nos sea más confortable y que al no dejarlas salir estes acumulando durante tanto tiempo que cuando salen, lo hacen disparadas.
Aquí siempre pongo el ejemplo del churrito de espuma con el que aprendemos a nadar, si me subo encima y lo voy bajando todo lo profundo que puedo, hasta que no se ve, en el momento en el que pierda el equilibrio el churrito saldrá disparado hacia arriba y levantándose por encima de la superficie del agua, bien, con las emociones ocurrirá lo mismo.
Otra posibilidad es que estés viviendo una situación especialmente desagradable, tensa o estresante. Con lo que en este caso lo más adaptativo es sentir con esa intensidad, ya que, se adecua a lo que esta ocurriendo y nos ayudará a tomar decisiones rápidas para salir de estas situaciones potencialmente peligrosas para nosotros/as.
Es posible que esté en un entorno que no me valida (o al menos lo siento así) y por lo tanto tenga el constante feedback de que no soy coherente, o que lo que siento es demasiado intenso, o que quizás no debería sentir como siento en las situaciones que estoy viviendo.
En este caso fijaros en el siguiente ejemplo: si empiezo a conocer a una persona y me ilusiono con la posibilidad de llegar a generar una relación sana, es normal que al no conseguirlo me sienta triste o frustrada, pero si mi entorno me dice que soy muy intensa o que no debería ilusionarme con tanta rapidez a esa emoción de tristeza o enfado le vamos a añadir la angustia de no hacer las cosas bien o de pensar que no se relacionarme en el mundo en el que vivo actualmente.
Otra opción es que en mi historia haya algún suceso que haya sido traumático y esté generando que en ciertas situaciones mis emociones tengan una fuerza por encima de lo que consideramos adaptativas. Por ejemplo, si he sufrido abuso siendo mujer, es normal que en situaciones donde me encuentre sola con un hombre aparezcan ansiedad y angustia por salir o porque aparezca alguien que me de seguridad. En este caso es importante que trabaje el evento traumático para que mi vida no se vea limitada por el mismo.
Por último, no podemos dejar de lado el hecho de que últimamente hemos visto muy de moda el positivismo tóxico en redes. Aquí rechazaremos las emociones desagradables entendiendo que la única forma de ser feliz es mantenernos siempre en una perspectiva positiva y reprimir esas emociones/pensamientos desagradables que sentimos que nos alejan de ella. Aquí sentiremos que algo está mal en nosotros cuando inevitablemente estos aparezcan y volveremos a sentir que no está bien sentir como sentimos.
Fuente: Regina López Riego / psicologiaymente.com