Lejos de ser una simple forma de entretenimiento, los videojuegos pueden ofrecer un entorno seguro y controlado en el que las personas pueden explorar sus emociones, desarrollar habilidades de afrontamiento y conectarse con otros.
Estas cualidades de los videojuegos generaron un creciente interés por su potencial para mejorar la salud mental.
Un estudio de la Universidad de Oxford da cuenta que jugar videojuegos durante solo 30 minutos al día puede reducir los síntomas de depresión y ansiedad. Los investigadores creen que los videojuegos pueden ser útiles porque proporcionan una sensación de logro, fomentan la interacción social y permiten a las personas escapar del estrés de la vida cotidiana.
“Si bien los videojuegos pueden ser una herramienta valiosa para la salud mental, es importante utilizarlos de manera responsable, elegir juegos apropiados para la edad y que no sean demasiado violentos o gráficos. También es importante establecer límites de tiempo para jugar y asegurarse de que los videojuegos no interfieran con otras actividades importantes. Los terapeutas están utilizando los videojuegos de diversas maneras para ayudar a sus pacientes. Algunos los utilizan como una herramienta para romper el hielo y establecer una relación con los pacientes. Otros los utilizan para enseñar habilidades de afrontamiento, como la resolución de problemas o el control de la ira”, detallan los investigadores en un artículo publicado en su plataforma digital.
Los videojuegos también pueden ser utilizados para ayudar a las personas a exponerse gradualmente a sus miedos en un entorno seguro.
Con el uso adecuado, los videojuegos pueden ayudar a las personas a reducir el estrés, la ansiedad y la depresión, y mejorar su calidad de vida.
¿Cómo funcionan?
Los videojuegos pueden servir como una herramienta complementaria dentro de un plan de tratamiento terapéutico más amplio.
No son un tratamiento en sí mismos, pero pueden ayudar a tratar síntomas ansiosos, depresión, trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), trastorno de estrés postraumático (TEPT), fobias o problemas de habilidades sociales, detalla el Maquev Jay Soria Farfán, profesional psicólogo titulado de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.
“No todos los videojuegos que sugieren tratar o ayudar a la salud mental son realizados con ayuda de especialistas. Debe existir un trabajo conjunto con terapeutas, psicólogos o psiquiatras para aportar al tratamiento en cuanto a la ansiedad, depresión y otros problemas que puedan ser observados en un ambiente controlado y seguro, donde los pacientes pueden enfrentar gradualmente sus miedos y ansiedades, facilitando la desensibilización sistemática y también ofrecer una distracción positiva, aumentar la motivación y el estado de ánimo a través de recompensas inmediatas y objetivos alcanzables y fomentar la socialización”, explica.
Soria menciona algunos ejemplos específicos de videojuegos que se utilizan como terapia y también para la ansiedad:
SPARX: un juego diseñado para tratar la depresión en adolescentes mediante la enseñanza de técnicas de terapia cognitivo-conductual (TCC). El punto negativo es que está diseñado sólo para Nueva Zelanda y no está abierto para ser utilizado en otros países, pero tiene resultados demasiado prometedores en cuanto al estudio dentro de este país.
EndeavorRx: un juego aprobado por la FDA para el tratamiento del TDAH en niños, que mejora la atención y la función ejecutiva. Es uno de los juegos que consiguió autorización en la Agencia del Gobierno Federal de los Estados Unidos para ser utilizado como un tratamiento para el TDAH.
Journey: un juego que se ha utilizado para fomentar la exploración emocional y la empatía, útil en el tratamiento de la ansiedad y la depresión.
VR Therapy Games: juegos en realidad virtual (VR) como “Bravemind” se utilizan para tratar el TEPT en veteranos militares mediante la recreación de entornos controlados para la exposición.
MindLight: un juego que utiliza biofeedback para enseñar a los niños a manejar su ansiedad mediante la regulación de la respiración y la relajación.
Journey: este juego de exploración calma y reduce la ansiedad a través de su música tranquila y gráficos relajantes.
Deep: un juego de realidad virtual que utiliza técnicas de respiración para ayudar a los usuarios a manejar el estrés y la ansiedad.
Minecraft: este juego de caja de arena permite a los jugadores construir cualquier cosa que puedan imaginar, desde simples chozas hasta elaborados castillos. Se ha utilizado para ayudar a personas con autismo y trastorno de ansiedad social a mejorar sus habilidades de comunicación y colaboración.
Tetris: Este juego de rompecabezas clásico es conocido por su juego simple pero adictivo. Se ha utilizado para ayudar a personas con trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH) y otras dificultades de atención a mejorar su enfoque y concentración.
¿Quiénes son pacientes potenciales?
El experto añade qué la terapia con videojuegos es particularmente útil para:
1 Niños y adolescentes: debido a su familiaridad y comodidad con la tecnología.
2 Personas con TDAH: los videojuegos pueden ayudar a mejorar la concentración y la atención.
3 Pacientes con TEPT: especialmente aquellos que responden bien a la exposición gradual en un entorno seguro.
4 Personas con espectro autista: los juegos pueden ayudar a mejorar las habilidades sociales y la comunicación.
5 Personas con ansiedad y depresión: los videojuegos pueden servir como una herramienta para la distracción positiva y la autorreflexión guiada.
Soria sostiene que la terapia de videojuegos no debe considerarse un reemplazo completo de los métodos tradicionales de terapia, sino más bien como una herramienta complementaria que puede enriquecer y apoyar los tratamientos convencionales.
“Es importante que cualquier implementación de videojuegos en un plan terapéutico sea supervisada por profesionales de la salud mental para asegurar que se utilicen de manera efectiva y adecuada. Además, la investigación en este campo está en constante evolución, por lo que es fundamental mantenerse actualizado con los estudios más recientes para comprender mejor el alcance y las limitaciones de esta forma de terapia”, puntualiza el psicólogo.
Los videojuegos pueden proporcionar una sensación de logro, fomentar la interacción social y permitir a las personas escapar del estrés de la vida cotidiana.
Para Raúl Santaolalla, ingeniero y desarrollador de software, los resultados de su aplicación son alentadores. Los jugadores reportan una reducción en sus síntomas, un mejor estado de ánimo y una mayor sensación de control sobre sus vidas.
“Es importante crear juegos que sean apropiados para la edad, culturalmente sensibles y que no promuevan la violencia o la discriminación. También es crucial colaborar con profesionales de la salud mental para garantizar que los juegos estén bien diseñados y que se utilicen de manera responsable. Creo que los videojuegos tienen el potencial de revolucionar la forma en que abordamos la salud mental. Al trabajar juntos, desarrolladores, investigadores y profesionales de la salud mental podemos crear juegos que ayuden a millones de personas a vivir vidas más felices y saludables”, indica.
Los videojuegos son una herramienta prometedora que puede ser utilizada para mejorar la salud mental.
Con un uso adecuado, pueden ayudar a las personas a reducir el estrés, la ansiedad y la depresión, y mejorar su calidad de vida. La clave es usarlos de manera responsable. Esto significa establecer límites de tiempo para jugar, elegir juegos apropiados para la edad y asegurarse de que los videojuegos no interfieran con otras actividades importantes.
Fuente: eldeber.com.bo