La psicóloga Beatriz Gil Bóveda desmonta algunos de los mitos en torno a la psicología y explica por qué no es necesario esperar a estar mal para acudir a una terapia
«Ya, ya sé que nunca contesto los mensajes ni cojo el teléfono, pero estoy fenomenal. Sí, de verdad que estoy fenomenal, no te preocupes. Bueno, llevo unos días durmiendo poco, me cuesta concentrarme en el trabajo, me da por llorar de vez en cuando y asalto a diario la nevera buscando algo dulce pero eso es lo que hace todo el mundo, ¿no?»… ¿De verdad crees que eso es lo que le pasa a todo el mundo? Es cierto que una gran parte de la sociedad está estresada, cansada y apagada y también es cierto que muchas personas están algo desconectadas tanto de sí mismas como de los demás, pero eso no quiere decir que haya que normalizarlo, como aclara la psicóloga Beatriz Gil Bóveda, psicóloga especialista en terapia cognitivo conductual, fundadora y CEO de Psique Cambio (@psique.cambio en instagram). De hecho la experta defiende que la terapia no es sólo para momentos de crisis, sino que supone iniciar un viaje hacia al crecimiento personal. Descubrimos por qué.
Muchas personas consideran la terapia como un recurso exclusivo para momentos de desesperación o para momentos críticos. ¿Qué opinas de este mito?
La terapia no es exclusiva para los momentos de crisis. Es una herramienta poderosa para el desarrollo personal y la prevención que puede asemejarse a lo que hacemos para cuidar nuestro cuerpo y nuestra salud para evitar enfermar. La terapia fortalece nuestra mente y nos equipa con las habilidades necesarias para enfrentar retos y situaciones difíciles con una mayor resiliencia. No es un signo de debilidad, sino de valentía, fortaleza y de compromiso con uno mismo y con su bienestar.
«No es necesario esperar a sentirse abrumado o al límite para buscar ayuda. Iniciar la terapia es un paso valiente hacia el autoconocimiento y el fortalecimiento personal»
Beatriz Gil Bóveda
Entonces, según tu experiencia, ¿Cuáles son los beneficios que aporta el hecho de iniciar la terapia antes de alcanzar un punto de crisis?
Al igual que una dieta equilibrada y realizar ejercicio físico a diario puede contribuir a mejorar y cuidar la salud física antes de que surja algún problema, la terapia temprana mejora la salud mental. De hecho, ir a terapia de manera preventiva puede mejorar significativamente la calidad de vida. No sólo porque permite desarrollar habilidades de afrontamiento y mejorar la autoestima y la inteligencia emocional, sino porque además ofrece un espacio seguro para explorar y resolver los problemas antes de que se intensifiquen.
Cuando aprendemos a gestionar nuestras emociones mejora nuestra comunicación, nos permite hacer frente a los retos con más serenidad y supone construir una base sólida para el bienestar a largo plazo. Además, ayuda a establecer metas personales y profesionales más claras.
Muchas personas se lamentan diciendo eso de «ojalá hubiera empezado la terapia antes». ¿Qué les dirías a quienes aún estén dudando sobre dar o no ese paso?
Si estás dudando, recuerda que la terapia es una inversión en ti mismo. No es necesario esperar a sentirse abrumado o al límite para buscar ayuda. Iniciar la terapia es un paso valiente hacia el autoconocimiento y el fortalecimiento personal.
Una terapia es un espacio para aprender sobre ti mismo y desarrollar herramientas que te servirán toda la vida. Implica darte la oportunidad de vivir no solo con menos dolor, sino con más propósito y plenitud.
¿Puede funcionar la terapia como una especie de entrenamiento mental para enfrentar los desafíos cotidianos?
Sí, de hecho la terapia cognitivo conductual, en particular, es como un entrenamiento para la mente, un gimnasio mental. Nos ayuda a identificar y a cambiar patrones de pensamiento y de comportamiento que no son útiles. A través de ella, se aprende a manejar emociones difíciles, mejorar la comunicación y tomar decisiones más saludables, lo que fortalece a esa persona para enfrentar los retos del día a día de manera más efectiva.
¿Podrías compartir un caso (sin revelar identidades) en el que la terapia preventiva haya tenido un impacto significativo?
Tuve un paciente que buscó iniciar terapia como una forma de mejorar su liderazgo. A través de nuestro trabajo, no solo mejoró sus habilidades de liderazgo, sino que también aumentó su autoestima y mejoró su manejo emocional. Esto le permitió no solo ser un mejor líder en el trabajo, sino que también mejoró a nivel social y con su familia, lo que se tradujo también en vivir una vida más plena y equilibrada.
¿Qué consejos prácticos darías para integrar la terapia en nuestras vidas como un hábito de bienestar?
Lo ideal sería considerar la terapia como una parte regular del cuidado personal, igual que el ejercicio o una buena dieta. Puede ser tan simple como tener sesiones periódicas para mantenerte «mental fit», o utilizar las técnicas aprendidas en la terapia para manejar las situaciones del día a día. La clave es reconocer su valor y no ver la terapia como un remedio, sino como una parte integral de un estilo de vida saludable.
Fuente: Raquel Alcolea / abc.es