La comunicación en pareja es un arte, con ella tendemos los puentes que nos unen, la complicidad que asienta la intimidad y el trazado de proyectos en común. También es la vía para decirle al otro qué nos molesta. ¿Pero cómo hacerlo sin generar un conflicto? Descúbrelo en la siguiente lectura.
No hay duda de que uno de los indicadores del bienestar entre 2 personas con una relación sentimental es la comunicación; un intercambio importante, en especial, cuando se trata de expresar lo que te molesta sin lastimar a tu pareja. Y es que abordar ciertos temas puede ser motivo de sentimientos negativos muy intensos que nos hagan perder el control, como el miedo y la rabia.
La responsabilidad emocional merece prioridad en la comunicación. Es fácil caer en falsas creencias, como que la sinceridad es lo mismo que ponerle palabras a todo aquello que se nos pasa por la cabeza, exista reflexión o no. Aquí encontrarás algunas estrategias para mejorar esta parte de tus capacidades comunicativas. Toma nota.
El peso de la comunicación en la pareja
La comunicación es lo que tú me dices y lo que yo te cuento; pero también lo que tú no me dices o lo que no yo te cuento. Además, es lo que expreso o no expreso con palabras o sin ellas. Este proceso, lejos de ser un mero intercambio de mensajes, es una manera de resolver conflictos, compartir momentos especiales, cuidarse y, en definitiva, mantener sana una relación.
De acuerdo con una publicación de la Revista Electrónica de Psicología Iztacala, el estilo de comunicación influye en la satisfacción de pareja. Las personas que se esfuerzan por entenderse, que resuelven los problemas de modo constructivo y priorizan la empatía, experimentan más satisfacción. Por el otro lado, tenemos a aquellos con un estilo evitativo, hiriente o chismoso, que correlacionan con lo contrario.
¿Cómo expresar lo que te molesta de tu pareja sin lastimar sus sentimientos?
Construir una buena comunicación en pareja requiere de tiempo, esfuerzo y dedicación. No obstante, está al alcance de todo aquel que se decida a trabajar sobre sí mismo y sobre cómo se relaciona con los demás. A continuación, presentamos algunos consejos que ayudan a lograrlo.
1. Abre un espacio para procesar tus emociones
Es normal que quieras eliminar el malestar de manera rápida e instintiva. Sin embargo, recurrir a la impulsividad para hacer una crítica o expresar nuestros sentimientos no suele llevar a buen puerto; la experiencia nos dice que bajo estos parámetros es fácil que las formas nos hagan perder la razón, si es que nos asistía alguna, y que terminemos causando un daño que no queríamos provocar.
Date el tiempo que necesites para calmar la ira, reorganiza tus pensamientos y encuentra una manera de expresarte que sea empática. El trabajo de regulación emocional está directamente relacionado con el estilo de apego en la pareja, contribuyendo a hacerlo seguro, como se apunta en este estudio reseñado por la Universidad Pontificia Comillas.
2. Prueba técnicas para comunicarte
Aquí los detalles cuentan, por lo que conviene buscar estrategias que faciliten el proceso comunicativo de la pareja. Veamos las siguientes:
- Pide en vez de exigir: una petición brinda la oportunidad al otro de demostrar cuánto se quiere implicar en solucionar el problema. Exigir le obliga a ceder o a luchar contra ti.
- Evita el «siempre» y el «nunca»: estos dos adverbios de tiempo vuelven tus afirmaciones exageradas e inflexibles. En lugar de «nunca recoges los platos», di «me gustaría que recogieras los platos más a menudo».
- Las personas hacemos, no somos: es es mucho mejor referirse a las acciones concretas que nos molestan en lugar de asociarlas con rasgos de personalidad de tu pareja. Un ejemplo sería señalar que querrías pasar más tiempo juntos, sin llamar aburrida a la otra persona.
- Preguntar en vez de afirmar: esto puede parecer solo un cambio de entonación, pero es una pequeña acción que favorece en gran medida la fluidez de la conversación. Ofrecer a tu pareja la oportunidad de expresarse es mucho más constructivo que dar por hecho algo sin que pueda contestar.
3. Elige un buen momento para hablar y cuida de tu lenguaje no verbal
Elude la conversación cuando ambos estén enfadados o tristes, no hay tiempo o no tienes las ideas claras. Comparte tu deseo de hablar de ello dejando claro que el aplazamiento no es una huida hacia adelante, sino la consecuencia lógica de un sentido de responsabilidad, y acuerda un momento para tener la conversación.
Por otro lado, las personas resultamos poco o nada creíbles cuando nuestra mímica no acompaña las palabras. En este sentido, no se trata, por ejemplo, de disimular que estamos contentos o poco molestos con lo hecho por el otro, sino de regular esta expresión manteniendo la coherencia. Es más sutil, pero requiere práctica.
4. No confundas asertividad con agresividad
Los límites son necesarios. En ocasiones, nos tocará marcarlos o defenderlos y lo tendremos que hacer contracorriente; en otras palabras, de manera incómoda, porque el viento no sopla a favor. Aquí es donde tiene valor la asertividad, basada en la sinceridad, la empatía y la decisión, de manera que no requiere de la agresividad para hacer valer esos límites y expresar sin lastimar lo que te molesta de tu pareja.
Está bien acudir al psicólogo para aprender a expresar lo que te molesta de tu pareja sin lastimar
Los conflictos en pareja son muy heterogéneos en cuanto al curso y el origen. Celotipias, consumo de sustancias, familias políticas y malos tratos, por ejemplo, pueden requerir la intervención de un profesional. Refiere un trabajo divulgado por la Fundación Universitaria Konrad Lorenz, que la terapia de pareja , ayudará a adquirir herramientas de comunicación y abordar problemas mediante soluciones guiadas y estructuradas.
Fuente: Sara González Juárez / lamenteesmaravillosa.com