Querernos a nosotros mismos es una habilidad esencial que debe ser entrenada.
Mi clienta Lucía era una niña feliz y creativa. Le encantaba pintar, cantar y bailar, se expresaba libremente con alegría y una imaginación sin límites. Sin embargo, a medida que Lucía se fue haciendo mayor, empezó a prestarle más atención a las expectativas del afuera. En su casa le decían que deje de pintar, que los pintores en su mayoría son pobres, y que dejara de cantar porque desafinaba.
Bailaba muy bien, de eso estaba segura, pero nadie la alentaba. Le repetían una y otra vez que hiciera como su hermana que era “educada y buena alumna” y qué así “tendría un futuro asegurado”. Esas voces externas fueron socavando su amor propio y nublando la percepción que tenía de sí misma. Su chispa comenzó a languidecer, dejó sus pasiones, y empezó a esforzarse por encajar y cumplir con los estándares que le imponían.
Muchas personas, como Lucía, acarreamos creencias que nos dan vergüenza y que nos hacen sentir insuficientes. Esto impacta en nuestra auto-estima y nos hacer dudar de nosotros mismos. Como Lucía, muchas de nuestras historias se originaron en experiencias de la infancia o adolescencia, y/o en condicionamientos familiares, culturales, y sociales.
Estos factores pueden habernos hecho internalizar ideas negativas sobre nosotros mismos, como por ejemplo, “que lo que se nos da bien, no sirve en los entornos laborales” o “que es difícil entrar en ciertos grupos y ser valorados”. Esto dificulta que nos aceptemos, que nos abracemos tal y cual somos, y que nos amemos radicalmente.
Lamentablemente, nuestra incapacidad para hacerlo puede crear un concepto de nosotros mismos fragmentado, es decir, que no es fiel a la verdad, y sesgado por las voces a quienes les hemos dado autoridad. Como resultado de tanto auto-rechazo, nos convertimos en nuestros peores enemigos, siendo más propensos a la autocrítica, al auto-juicio y a sentimientos de inferioridad.
¿Qué significa amarnos de verdad?
Aprender amarnos radicalmente es un viaje de toda la vida que requiere de nuestra reflexión constante, autocompasión y trabajo interior. Este último implica cuestionar y desafiar nuestras creencias limitantes y adoptar unas nuevas perspectivas fortalecedoras.
Es importante destacar también que amarnos radicalmente no es egoísta ni indulgente sino más bien un auto cuidado profundo y genuino que posibilitará nuestro crecimiento, sanación y bienestar en general. Cuando podemos amarnos radicalmente cambiamos el foco de atención de afuera hacia adentro y en consecuencia, cultivamos un sentido de auto-valor independiente de voces y factores externos.
En este camino, vamos a tener que animarnos a desilusionar a otros cuando no hacerlo implique auto-traicionarnos. Amarnos radicalmente requiere que cultivemos una relación positiva y nutritiva con nosotros mismos, siendo leales a nuestros deseos, necesidades, y posibilidades. ¿Cómo podemos empezar a amarnos radicalmente?
1. Aceptando que la perfección no existe
Es probable que tengas unos estándares para ti que estén muy por encima de lo que es posible en la vida real. No estoy diciéndote que te conformes, simplemente que des lo mejor de ti, sueltes, y confíes. Sobre todo, reconócete humano/a, con la complejidad que esto implica, e infinitamente merecedor/a de amor.
2. Nutriendo las relaciones donde puedas ser auténticamente tú
Rodéate de la gente que te celebre y vice-versa, con las que puedas establecer límites con tranquilidad, comunicar tus necesidades abiertamente y relacionándote desde una posición de integridad y respeto mutuo. Deja los círculos donde te tienes que contorsionar para ser aceptado/a.
3. La lista de tus fortalezas
Haciendo una lista donde puedas dar gracias por tus fortalezas y tus logros, y tomando nota de las áreas en tu vida donde te comprometes con tu bienestar. Esto promoverá tu autoconciencia, tu autocompasión y una conexión profunda con tu sabiduría interna.
4. Mindfulness
Practicando el Mindfulness, o atención plena, para poder observar tus pensamientos, emociones y sensaciones corporales sin juzgarlos. Esta conciencia te ayudará a reconocer patrones autocríticos o de auto-devaluación. El mindfulness te ayudará a poner una distancia entre tú y lo que te acontece, y a actuar con discernimiento luego.
5. Reemplazando la autocrítica con un diálogo interno autocompasivo
Reformula el discurso interno negativo con afirmaciones compasivas, alentadoras, y respetuosas por quién eres. Cuando te enfrentes a errores o contratiempos, ofrécete amor y perdón en lugar de castigarte.
6. Celebrando tus logros
Reconócelos sin importar cuán grandes o pequeños sean. Toma nota de tu progreso y date crédito por tus esfuerzos. Somos rápidos para criticarnos y lentos para prestarle atención a lo que estamos haciendo bien.
7. El diario de las reflexiones
Llevando un diario donde escribas y hagas reflexiones personales. Esta acción fomenta la introspección, que es un puente para conectarte con tu ser más íntimo y para desarrollar una comprensión, aceptación, y amor profundos por quién eres.
Conclusiones
Recuerda que amarnos radicalmente es un proceso continuo que requiere paciencia y ternura. Nuestro amor propio y auto-aceptación son nuestros derechos de nacimiento. No permitas que nadie te los quite. Somos nosotros mismos los primeros que debemos internalizar esta verdad. Busca ayuda profesional si es necesario. A veces, nuestros problemas están tan arraigados que necesitamos el apoyo de alguien que pueda brindarnos orientación y con quien podamos desentrañar y elaborar nuestros desafíos más subyacentes.
Fuente: Georgina Hudson / psicologiaymente.com