¿Te has preguntado alguna vez si el comportamiento de tu médico de referencia es adecuado? Aunque los profesionales de la salud se esfuerzan al máximo por ofrecer el mejor trato a sus pacientes, a veces cometen errores, puesto que son seres humanos. Indaguemos al respecto.
En el contexto clínico, la mayoría de los trabajadores buscan ofrecer la mejor atención posible. Sin embargo, los profesionales de la salud son seres humanos y también cometen errores. La cuestión es que estos fallos socavan la confianza en los sistemas sanitarios y en la propia profesión; cuando muchos de ellos son solo una consecuencia de la falta de medios o de unas condiciones laborales muy mejorables.
Maximizar la atención clínica que se presta y humanizarla, pasa por conocer la influencia de distintos factores. Hacemos referencia a la frecuencia, al tipo, a la fuente y al porqué de los comportamientos equivocados. En este sentido, diversas investigaciones encontraron que casi 6 de cada 10 profesionales sanitarios podrían tener al menos un comportamiento erróneo mensualmente (Kirsten et al., 2023).
«El objetivo principal de la medicina no es simplemente curar la enfermedad, sino promover la salud y el bienestar de nuestros pacientes».
Marcia Angell
La ética en las profesiones sanitarias
Ser profesional y ético en el contexto sanitario implica «promover las conductas de confianza tanto con los pacientes como con el sistema sanitario». En este sentido, los comportamientos equivocados o poco profesionales erosionan la comunicación paciente-profesional, la confianza en la intervención y el aprendizaje (Wiegman et al., 2007).
Entre los efectos que pueden tener los comportamientos equivocados o poco éticos están los eventos adversos, que son capaces de deteriorar la salud tanto física como mental de las personas que acuden a consulta. Esto se conoce como «yatrogenia», término que alude a ‘los efectos perniciosos de una atención sanitaria deficiente, de un comportamiento equivocado, o de un tratamiento o terapia contraindicado’. Por ejemplo:
- Errores médicos.
- Cirugías innecesarias.
- Imprecisión en el diagnóstico.
- Efectos secundarios del tratamiento.
- Comportamientos equivocados en relación con el trato con el paciente.
La yatrogenia afecta a muchísimos profesionales sanitarios: médicos, enfermeros, biólogos, psicólogos y otros. Se busca su minimización mediante el estudio de los factores, a menudo no intencionados, pero que perjudican al paciente. Esto se procura conseguir mediante códigos de buenas praxis, protocolos y observatorios de práctica clínica.
Queremos dejar claro que la mayoría de los profesionales se comportan de acuerdo con unos cánones éticos y deontológicos muy elevados (Villafranca et al., 2016). Los sanitarios están potencialmente comprometidos tanto con su trabajo como con la atención a sus pacientes.
Sin embargo, las conductas como la discriminación a determinados pacientes en función de su sexo o etnia o la ausencia de empatía en el trato con el paciente, impactan tanto en los pacientes como en otros profesionales sanitarios.
«Humanizar la asistencia sanitaria implica prestar atención a las necesidades de las personas, no sólo a sus enfermedades».
Juan Gervás
Comportamientos equivocados que pueden observarse entre los profesionales sanitarios
Los comportamientos incorrectos en el contexto sanitario inciden sobre la percepción de bienestar psicológico (Atkinson et al., 2018). Entre sus consecuencias en este ámbito, se han observado síntomas de ansiedad y estrés, deterioro en la comunicación, déficit de concentración y, por supuesto, deterioro en la relación entre la psicóloga (o psiquiatra) y el paciente.
A continuación, reseñaremos 3 comportamientos que se observan con mayor o menor frecuencia.
«La deontología no sólo implica el cumplimiento de un conjunto de normas y reglas, sino que también implica el desarrollo de una sensibilidad moral y una actitud ética en el ejercicio de la profesión».
Tomás Maestre
1. Respecto a la comunicación
Producto de la sobrecarga laboral, o de las dificultades emocionales que pueda estar atravesando el profesional, a veces puede comunicarse de manera irrespetuosa con los pacientes y/o sus familias. Como decía Terencio en la Roma Antigua, a los profesionales sanitarios «nada de lo humano les es ajeno».
Lamentablemente, a veces se pueden comunicar resultados o realizar intervenciones verbales con poco tacto, despectivamente o ignorando y haciendo mínimas las preocupaciones del ser humano que acude a consulta. Este déficit en la comunicación genera, potencialmente, ansiedad y estrés.
Los pacientes pueden sentirse extraordinariamente frustrados por este trato por parte del profesional y, en este sentido, es importante que estos últimos tengan el tiempo suficiente para atender a sus pacientes, así como para proporcionarles la información que necesitan.
«La humanización de la sanidad no es un añadido de la medicina moderna, sino que es una condición previa al éxito de cualquier intervención sanitaria».
Rita Charon
2. En torno a la práctica clínica
El trato impersonal con el paciente es otra de las conductas poco profesionales. Los pacientes son seres humanos y deberían ser tratados como tal. «Ser impersonal» dista de significar «ser más profesional». A este respecto, se torna necesario que los profesionales sanitarios tengan en cuenta qué necesita el paciente a un nivel emocional, para poder ser empático en cuanto a sus preocupaciones y mostrar compasión ante su sufrimiento.
El quebranto de la confidencialidad es otro de los comportamientos equivocados que pueden observarse. Para promover la confianza entre el paciente y el psicólogo (u otro profesional sanitario) debe respetarse su «derecho al secreto».
Tal derecho se ampara en otro, que es el derecho a ser tratado digna y respetuosamente. En este sentido, el profesional sanitario tiene que ser extraordinariamente discreto y velar por la confidencialidad de la información proporcionada en la práctica clínica.
«Un buen profesional trata la enfermedad; un gran profesional trata a la persona que tiene la enfermedad».
William Osler
3. Comportamientos equivocados que gravitan en torno al trato entre los propios profesionales
Como hemos avanzado en un punto anterior de este artículo, los comportamientos inadecuados también pueden ser observados en el trato entre los diferentes profesionales. Por ejemplo, se han observado conductas de acoso, intimidación y discriminación por parte de los supervisores médicos hacia los estudiantes y residentes (Dabekaussen et al., 2023).
La discriminación es un acto que no puede aceptarse. Ni en este contexto ni en otros. Los profesionales sanitarios deben mostrar respeto hacia sus compañeros, con independencia del rango, del sexo, de la orientación sexual o de los valores ideológicos y políticos. Entre otros motivos, porque el clima laboral entre profesionales de salud impacta de manera directa en el trato ofrecido al paciente (Atkinson et al., 2018).
Existe amplia investigación entorno a estas cuestiones. El hecho de que los profesionales sanitarios a veces se equivoquen, puede deberse a numerosas causas.
A pesar de esto, existen protocolos y medidas que buscan minimizar tanto los comportamientos inadecuados, como los efectos que puedan causar. En este sentido, se han creado intervenciones in situ en el contexto que buscan reducir estas perniciosas conductas (Atkinson et al., 2018).
«La medicina (y otras disciplinas sanitarias) es una profesión sagrada que trata el dolor humano, la enfermedad, la lesión y la debilidad, y procura aliviarlos».
Thomas Inman
Fuente: Gorka Jiménez Pajares / lamenteesmaravillosa.com